08 mayo 2011

Flores en el ático. V.C. Andrews.

Y los días iban pasando monótonamente.
   ¿Qué se hace con el tiempo cuando se tiene en superabundancia? ¿Dónde se ponen los ojos cuando ya se ha visto todo? ¿En qué dirección deben  ir los pensamientos cuando el soñar despierto sólo sirve para crear problemas? Me imaginaba lo que sería poder salir a correr al jardín, libre y salvaje por los bosques, con las hojas secas crujiendo bajo mis pies. Me imaginaba nadando en el lago cercano, o cruzando un fresco arroyo de montaña. Pero las ilusiones son como la telarañas, que son muy fáciles de deshacer, y enseguida volvía a la realidad. ¿Y dónde estaba la felicidad? ¿En los ayeres? ¿En los mañanas? No, ciertamente, en esta hora, en este minuto, en este segundo. Sólo teníamos una cosa, una tan sólo, que nos diese una chispita de alegría: la esperanza.
   Chris decía que era una verdadera lástima perder el tiempo. El tiempo tenía valor. Nadie tenía tiempo suficiente o vivía el tiempo necesario para aprender bastante...

El genio creador empieza en el momento inactivo, soñando lo imposible, y convirtiendolo luego lo imposible en realidad.

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